En el barrio “Doce de Octubre”, vive una de las familias mas impunes de la ciudad. Todos han matado. Desde la abuela hasta la hija menor de diez años. Muchos han intentado acabarlos. Pero nadie ha podido, y ni siquiera la policía los molesta. Algunos dicen que es porque el abuelo los defiende a capa y espada. ¿Pero dónde está el abuelo? ¿Alguien lo ha visto?
Doña Narda sí. Dice que es un negro pequeñito pero fortachón. Dice que es feísimo y que le dio asco conocerlo. Alguna vez entraron unos policías a la casa de esa gente. La descripción del hecho, realizada por un sargento, fue mas o menos esta:
“Entramos como a las ocho de la noche porque uno de los muchachos había matado a una mujer por robarle el bolso. Todos los testigos nos llevaron a esa casa. Entramos y el “pelao” se metió en uno de los cuartos, cerca del patio. Ahí nos fuimos García y yo y abrimos la puerta. Adentro olía a puras verduras. El pelao se escondió detrás de un negro de avanzada edad. El señor era bastante feo, los labios los tenia duros como un pico y se le veía una artritis tremenda. Las articulaciones estaban hinchadísimas. Parecía con una armadura. En la cabeza tenía un tumor que parecía una aleta, así como el pelo de “Mario Baracus”. Andaba vestido con un overol amarillento lleno de bolsillos. Y en el piso tenían un montón de raíces parecidas a yucas o batatas. El tipo se quedó mirándonos y cuando García se metió al cuarto, lo cogió de un brazo y casi se lo quiebra. El muchacho nos dijo que nos fuéramos porque el abuelo nos podía matar solo con sus manos. Yo me enojé y lo encañoné con el revólver. En esas el abuelo me arrebató el arma y la retorció como si fuera de plastilina. Se movía a una velocidad tremenda, ¡como un Ninja!, incluso se disparó una de las balas y al viejo no le pasó nada. Ahí nos asustamos y nos fuimos corriendo. ¿Quién se iba a meter con semejante “superman”?. Yo no volví por esa casa, pero García ha pasado varias veces. El que se mete con esa gente termina muerto, y parece que es el abuelo el que causa las muertes”.
La anterior es una descripción muy curiosa de un suceso que en otro contexto sería muy normal y comprensible: El viejo pertenece a la raza de los protectores de Pak. ¿Cómo llegó aquí? Ni idea. Pero está cumpliendo su función biológica, está protegiendo a aquellos que considera su familia. Habría que estudiar mas a fondo el tema, pero de todas maneras la cosa se complicaría, porque las batatas que el policía mencionó son raíces del árbol de la vida. Y claro que es anciano… ¡tiene como treinta mil años!
¿Quién podría imaginarse que semejante personaje habitaría en un barrio de Cali?
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