Hoy en día, una conversación en la que no se
mencione la comida es una conversación estéril. Por eso, un libro que no hable
del tema o un videojuego que no lo utilice como recurso pierde una de sus
facetas más humanas. La comida es importante, y más cuando de ciencia ficción
se trata. No puedes pensar en un viaje espacial sin pensar en comida… Sé que
nunca nos mostraron la cocineta del Millenium Falcon, pero vimos comida en
otros lugares, como la casa de Owen Lars, Mos Easley e Incluso alguien se ha
preguntado como replicar la apestosa sopa del maestro Yoda.
No, mis amigos, la comida no se puede descuidar.
Miras esa maravillosa ciudad del futuro, con sus hovercars en el cielo,
espaciopuertos malolientes, realidad aumentada y publicidad holográfica por
todos lados, ¿genial no?, pero después te preguntas como serán las pizzas o las
hamburguesas de ese lugar. ¿Recuerdan la pastosa comida de Matrix? ¿O el whisky
en cubos de Alien Resurrection? ¿Alguien no comentó sobre el "replicador" del
Enterprise en Star Trek?
En los libros se disfruta mucho más de la comida. En
este momento se me viene a la mente toda la gastronomía de Larry Niven en su
Mundo Anillo y secuelas. Ahí vemos dos clases de “culinaria”. Por un lado, la
comida generada por la cocina de la nave titerote, a la que Luis Wu le pedía
desde omelettes de queso azul hasta herramientas; y por el otro, tenemos a las
comidas de los nativos del Mundo Anillo, cada una con sus peculiaridades y
aromas. Recuerdo muy bien como se me revolcaban las tripas al leer sobre las
plantas “salchicha”, que el sistema de Luis Wu consideraba comestibles.
Pues bien, parece ser que esas tecnologías dejaran
de ser ficción dentro de poco. O al menos eso espera la NASA.
Su nueva y grandiosa idea es la comida impresa. Y se lo han tomado en
serio, tanto así, que en los próximos meses van a financiar un proyecto de investigación
para lograr comida impresa en 3D cuyo noble objetivo es acabar con el hambre en
el mundo o alimentar a los astronautas en sus larguísimos viajes espaciales.
Creo que es posible confirmar a estas alturas, que la NASA va a poner una cifra
cercana a los 125 mil dólares para financiar este asunto. Esto pondría sobre la
mesa de los escritores Sci-Fi una herramienta real similar a los replicadores
alimenticios que se ven en toda la literatura.
Según Anjan Contractor, un ingeniero mecánico
especializado en impresión 3D, la idea es que, en el futuro, todos tengamos una
impresora alimenticia, acabando así con los líos alimentarios de la creciente
población del planeta.
¿Cómo funcionaría este chisme?
Bien, la “tinta” de estas impresoras vendría en cartuchos
de aceites, azucares, hidratos de carbono o proteínas que tendrías que comprar
en alguna tienda. El asunto económico me pone a dudar, porque estoy seguro que implica
un gasto que será un lujo desde el principio. Pero bueno, la discusión aquí no
es esa.
Anjan ya ha logrado prototipos de pizzas impresas,
por lo que la NASA esta enamorada de este curioso ingeniero. En este video vemos como “imprimen” chocolate sobre una galleta…
Sé que nadie esta pensando en acabar con el hambre
de la Tierra, sino en viajes espaciales. Y lo aplaudo. Aquí tenemos las
primeras etapas de los replicadores alimenticios. ¿Alguien se los había
imaginado como impresoras?
Y para terminar, si las impresoras pueden elaborar
comida según el gusto del cliente, si pueden elaborar replicas en policarbonato
de armas, cascos y no se cuanta cosa más… ¿Qué falta para imprimir viviendas?
¿O vehículos?
Cuento los días para que las impresoras 3D bajen de
precio. Lo primero que voy a imprimir es una armadura de Iron Man…
No hay comentarios.:
Publicar un comentario