sábado, 11 de febrero de 2017

Los Pasteles de Coco... una novela con cupcakes, fresas y un marinero antipático

Recuerdo que esta novela surgió más como un ejercicio literario que como un proyecto de publicación. Elegí un escenario, unos protagonistas, y decidí escribir desde dos puntos de vista: por un lado, uno general en tercera persona, que narra las aventuras y fantasías de Coco, la astuta pastelera; por otro lado, se narra en forma de diario, en primera persona, la visión del capitán Hixson, marinero experimentado y frío, que a lo largo de la historia es quien produce tanta ira y frustración en la pobre Coco.

Mi idea era seguir una de las enseñanzas básicas de los escritores de verdad: “Escribe a diario”, así que obedecí y empecé a narrar esta historia. Dudé en pasársela a mi esposa para que la revisara, pero era 2014, y había poco material y ella reclamaba algo para leer. Le pasé el borrador, y al rato la escuchaba reírse de cada una de las retorcidas fantasías de Coco. Se devoró la novela en dos días, y eso porque andábamos ocupados con otros asuntos, pero la volvió a leer… y volvió a reírse…

Y la leyó incluso una tercera vez… y una cuarta… y rogaba porque el producto apareciera en las páginas de Amazon cuanto antes.

Sin embargo, soy cuidadoso, así que no publico si una novela no ha sido revisada por al menos tres personas más. En este caso, le pasamos el borrador a Erika Ramírez, y también a Luz Adriana Rojas. Las dos concordaron en las sonrisas y las carcajadas, aunque con Adriana tuve problemas, pues estábamos en la oficina, y no podíamos parecer ociosos.

El caso es que las tres se encariñaron de la historia, se enamoraron del antipático capitán y aplaudieron las iras y desdichas de Coco.

Y el resultado es una novela hermosa, repleta de azúcar, crema y especias.

En cuanto a la portada, pues confieso que ha sido una de las más difíciles… tantas ideas, tan poco material gratuito… más de una vez estuve tentado a pasar la tarjeta de crédito para comprar imágenes, pero hay un problema, que en mi caso por ahora no tiene solución. Se trata de esa curiosa singularidad en la que un escritor Indie no gana el dinero suficiente como para pagar sus propias portadas. No me llamen tacaño, es solo que la filosofía INDIE implica que hagas todo tú mismo. 

Miren mi cruel ejemplo: “Los secretos de Old Cap: McLelland”, mi segunda publicación, que ya anuncié hace bastante. En ese caso, encontré una buena diseñadora de portadas en DeviantArt y le pagué 150 dólares para que me elaborara la portada del libro para Kindle. Si el libro se vende a 0.99 dólares… con unas regalías del 35%... ¿Cuántos libros deberé vender para amortizar ese gasto? La respuesta precisa es MUCHÍSIMOS. Y ese no es mi libro más vendido…

Desde ese instante, decidí aprender Photoshop y dejarme de bobadas. Material gratuito hay a montones, pero advierto que si algún día puedo, pagaré por cada portada, porque ese es el trabajo más complicado de elaborar ebooks uno mismo. En fin, me gusta el resultado, y la portada se ha ganado bastantes elogios. 

Aquí dejo el link, para los verdaderamente interesados. La dedico a todos los escritores y cocineros frustrados.


Gracias!!!

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