Ya he mencionado que en cualquier lado hay historias
ocultas. Una revista, una película, un recorte de periódico, una parada en el semáforo,
el supermercado… en todos lados hay material. Solo falta ojo y cabeza para
encontrarlo. Stephen King explica que cada novela es como una reliquia arqueológica,
está ahí, enterrada y oculta, a la espera de que alguien la desentierre.
En este caso, fue una serie de History Channel y otra de
Discovery Turbo, las que pusieron los engranajes de mi cabeza a funcionar.
La primera es “American Pickers”, o en español: “Cazadores
de tesoros”, con Mike Wolf y Frank Fritz, una serie que muestra a estos dos
comerciantes de antigüedades que viajan por el sur de los Estados Unidos en
busca de artefactos olvidados de la historia americana, ocultos en graneros o sótanos.
Soy merodeador y chatarrero, me encanta esculcar y hallar cosas entre los
rebrujos y las chatarrerías –lo que me pone en muchos problemas con mi esposa–,
así que la serie me atrae como pocas.
La otra serie, la de Discovery Turbo “What's In The Barn”,
o Cazador de reliquias”, que sigue el mismo formato, donde Dale Cramer recorre
el país a la caza de motocicletas antiguas. Me apasionan las Indian de mediados
de los veinte, y las Harley de los treinta, así que una serie como esta no
podía menos que llamar mi atención.
Y como la ciencia ficción se basa en la pregunta “¿Y sí…?”,
pues yo me pregunté: ¿Y si en lugar de un granero lleno de tesoros encuentras
un granero repleto de cosas malignas?
El resultado es Pesadilla en Damballa Bells, una retorcida
novela que narra la fallida aventura de Frank, un cazador de reliquias
ambicioso, que sueña con lo mismo de todos los cazadores de tesoros del mundo:
encontrar aquel objeto que te dará libertad económica. El tipo llega a Damballa
Bells, una mansión victoriana encajada en medio de los pantanos del sur de
Luisiana, y claro que encuentra tesoros, fabulosos y que lo convertirán en un
requetemultimillonario… pero el tipo, debido a su ambición, olvida que de eso
tan bueno no dan tanto, y por eso no ve el lado peligroso del asunto.
A lo largo de la novela asistiremos a los retorcidos
encuentros de Frank y sus amigos, a su caída, y los veremos aprender de pecado
y ambición.
Es una novela con mucha perversión de por medio, hay drogas,
sexo, malos olores y muebles polvorientos. Por supuesto, no la recomiendo a
menores de edad, y tampoco a personas mojigatas.
Parece que todo lo que publico con Luisiana como escenario,
siempre tiene algunos alambres retorcidos.
La portada es sencilla, y para ello usé un buscador de imágenes
gratuitas y descargué algunos pinceles para Photoshop de la maravillosa
DeviantArt, una página con la que todos los escritores deberíamos contar, no
solo por lo inspiradora que resulta, sino por la cantidad de herramientas que
algunos diseñadores ofrecen gratuitamente.
Este es el link de Amazon.com:
Amazon.com "Pesadilla en Damballa Bells"
Ahí vamos!!!
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