"Qué falta de modestia", dirán ustedes, pero sigo siendo
Indie, y eso no cambiará pronto, lo sé, así que… ¿Cuándo iba a auto declararme escritor?
Primero dije que una vez que tuviera cinco libros publicados
en Amazon, pasaría a llamarme a mí mismo “escritor”, pero pasé por el sexto… el
séptimo… y seguía temeroso. Fue luego de escribir “Regreso a Capelli” que
entendí que algo de talento debo tener para esto de la escritura.
Sucedió una tarde de viernes, yo regresaba de trabajar… abrí
la puerta, saludé a Lorenzo… y encontré a mi esposa llorando a mares. ¿Qué
pasó?, pregunté… y la respuesta fue: “¿Cómo hiciste eso?”.
Ella se refería al final del libro. La calmé, le expliqué
que algunos finales son así, y luego salimos a caminar. Y en la calle seguía llorando, seguía reclamándome
y llamándome al orden. Pero entre sollozo y sollozo, me dijo que era mi mejor
novela.
Esa tarde nací como escritor… y eso que llevo escribiendo
desde muy joven… mi primera publicación ocurrió en 2012… pero he debido esperar
a 2016 para autoproclamarme.
Sí, me encanta la historia de Oliver Rush, comandante de
espacio profundo, ingeniero planetario y protagonista de la novela. Al
principio no creí que valiera la pena, pero las lágrimas de mi mujer me
demostraron lo contrario.
Comencé a escribir las primeras páginas a finales de 2015,
pero me detuve para concentrarme en los proyectos de la oficina. Retomé en
enero de 2016 y luego seguí en marzo, durante mis vacaciones en San Andrés
islas, escribiendo en el balcón del Hotel Sunrise en las madrugadas.
Pero estoy hablando de más, vamos con la historia. Aquí
narro las vida de los colonos del planeta Capelli, un mundo del espacio
profundo –a más de mil años luz de la Tierra-, que ha sido terraformado siglos
atrás, pero cuya colonización tiene un revés al caerse una de las naves
generacionales que llegan a poblarlo. Esto acaba con las comodidades de los
colonos, quienes pierden una estación orbital tipo “Campbell”, que establece la
plataforma para las comunicaciones cuánticas con otros sistemas habitados. Así se
ven obligados a enviar a un grupo de niños a la colonia de Nueva Gaia, a
cientos de años luz de Capelli, donde Oliver va a formarse como marine espacial
e ingeniero planetario. Pasa quince años fuera del hogar, y tiene cientos de
aventuras a bordo de naves FTL “Faster Than Light”, pero luego regresa, porque
su misión es terraformar a Kareti, el segundo planeta habitable hermano de
Capelli.
Pero todo cambia, porque a su regreso, no solo encuentra a
un bucólico Capelli, que gusta de su atraso tecnológico, sino que además se encuentra
con Linka, su hermana adoptiva, que también ha crecido, convirtiéndose en una
belleza que lo hará fantasear y mandar al traste todo eso de la terraformación.
Es una novela repleta de romance, con un final muy peculiar,
que fue el que logró arrancarle tantas lágrimas a mi esposa.
La portada… fue un lío… encontré cientos de parejas hermosas
en Pixabay, pero ninguna cumplía con los caprichos de mi esposa –que me respiró
en el cuello durante el desarrollo-, así que tuve que contentarme con siluetas…
¿Han visto lo útiles que son?
La dedico a todos aquellos que alguna vez se han enamorado
de verdad, y que se han pasado las noches soñando, fantaseando y sonriendo como
idiotas.
¡Ah, el amor! ¡Cómo nos gusta el amor!
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