miércoles, 12 de marzo de 2014

Cosmos: opinión después del primer episodio...

Anoche, muy juicioso, me preparé un té helado, apagué las luces y le pedí a mi mujer que se quedara callada durante una hora. La serie comenzó desde el mismo lugar donde se paró Carl Sagan hace varios años, y a partir de ahí se presentó magistralmente.

¿Mi opinión? Buena. Muy buena. Me gustó desde el comienzo, y no se percibe ese tufo “McFarlane” en ninguna parte. Me gustó que conservaran la idea de la nave de la fantasía –nombre ridículo, pero apropiado– y mezclaron imágenes generadas por computador con algo de animación, convincente, entretenida y en las dosis adecuadas.

Vamos por el primer capítulo de lo que creo será un grandioso homenaje –y continuación– a la serie que todos vimos cuando niños… bueno, no todos, solo los más viejos. Prometo no perderme nada, pero no pienso comentar cada capítulo, eso lo harán otros.

Solo quiero comentar algo sobre este primer capítulo, y se refiere a comentarios que he escuchado otras veces en boca de Carl Sagan: la fantasía no será suficiente, porque la realidad puede ser más asombrosa que cualquier cosa que podamos imaginar. Esa frase me incomoda un poco, porque como ya lo he comentado, Sagan no se tragaba de buena gana a la ciencia ficción y eso era algo que quiso dejar muy en claro con la original “Cosmos”, pero lo paradójico es que usa mucha ciencia ficción y demasiada fantasía para mostrarnos su punto de vista. Así que me toca hacerle una pregunta, que ojalá responda desde el más allá: ¿Al fin qué…?

¡Ah! Una última cosa: la Nave de la Fantasía modelo 2014 es mucho más bonita que la setentera de la serie original. 




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