lunes, 23 de julio de 2018

Historia de una portada...


Por lo general, primero escribimos una novela, y luego vemos cómo lograr una portada. ¿No es así? Creo que es el orden de las cosas…

Pero por una vez, fue una portada la que me generó una novela. Aunque esa portada no era mía…

En esta ocasión, contaré cómo logré una de mis novelas más queridas, y una de las más comentadas por mis lectores: Los dioses de Astarté.

Año 31. Num 368
Stephen King asegura que un escritor es una especie de arqueólogo, que desentierra ideas que ya están por ahí, a la espera de ser encontradas. Puede ser, solo faltan ojos para ver, supongo yo.

Pero, ¿de dónde sacamos esas ideas? Películas, comics, libros, enciclopedias… situaciones personales, familiares, el trabajo, la escuela, la universidad… La calle, un aeropuerto, un almacén… La música, los videojuegos… YouTube…

En cualquier lugar hay fuentes de inspiración. Cualquier parte del universo, conocido o no, es un buen lugar para buscar.

En mi caso, me valgo de las revistas de casos paranormales o ciencia para enriquecer mi archivo personal, y me ha dado resultados maravillosos. También me valgo de DeviantArt o páginas similares para buscar imágenes que me den ideas.

Solo basta abrir los ojos, y estar atento.

Se trata de la historia de una arquitecta, rebelde y caprichosa, que se sale con la suya para ganar un concurso relacionado con rascacielos, y de paso ve cómo un magnate tecnológico construye su obra y la convierte en realidad. Es ciencia ficción, enmarcada en un futuro cercano, con romance y acción por todos lados, y sazonada con toneladas de ecología y medio ambiente.

Fue escrita por allá a principios de 2016, gracias a una revista “Muy Interesante”, concretamente el tomo 368, año 31. El artículo se titula: “Naturaleza encapsulada”, y se refiere al proyecto “ESSCENCE SKYSCRAPER”, un rascacielos de 630 metros y un área de 334.000 metros cuadrados… enorme. La idea es que, en su interior, los visitantes podrán disfrutar de al menos 11 biomas: fondo marino, océano, jungla, pantano, estepa, desierto, cuevas, cascadas, ríos, pradera, montañas y hasta un glaciar. Con esta propuesta, los arquitectos polacos Ewa Odyjas, Agnieska Morga, Konrad Basan y Jakub Pudo ganaron el primer lugar en el concurso Skyscraper Competition, promovido por la revista de arquitectura y diseño eVolo.

Ganó entre 480 proyectos de todo el mundo.

Y se ganó mi atención de inmediato.






Me volví loco… ¿Qué hacer con un rascacielos de semejantes dimensiones? ¿Y qué tal que fuera más grande? Casualmente, por esa época estaba empezando un diplomado en gerencia de proyectos (PMi) y me aproveché de mis nuevos conocimientos para darle forma a la diosa Astarté, que es como bauticé al edificio protagonista de mi novela. Incluso expuse parte del proyecto a manera de práctica…

Por supuesto que meter tecnicismos sobre proyectos, costos y babosadas de esas convierte a cualquier historia en un ladrillo difícil de leer, pero nada de eso está en la novela, solo en mis apuntes personales, y toda la arquitectura e ingeniería desaparece de la lectura final, para darle rienda suelta al romance y la acción que gira en torno a la construcción de Astarté y su población con especies en vía de extinción.

La imagen del proyecto, que posteriormente se convertiría en la portada del Skyscrapers 3, libro publicado por la misma revista eVolo, fue la que detonó la creación de mi novela, así que tiempo después, pasada la revisión, la revisión de la revisión, la revisión de la revisión de la revisión… decidí usar la misma imagen como portada de mi libro.

Debí ponerme en contacto con Jakub Pudo y con Ewa Odyjas para pedir su autorización, y también a la revista eVolo, porque hay temas de copyright y derechos que deben tenerse en cuenta. Por fortuna, todos estuvieron encantados de permitirme el libre uso de la imagen.

Es solo cuestión de hablar.

Hoy les presento la portada de "Los dioses de Astarté", con orgullo y gratitud:



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